Asado

Pese a que en Uruguay el asado goza de un status simbólico que lo sitúa en lo más alto de las preferencias gastronómicas, el plato nacional por excelencia no es otra cosa que un trozo de carne cocido al calos de las brasas, una técnica culinaria propia del paleolítico que ha llegado hasta nuestros días sin mayores variaciones.
El asado remite a la figura mítica del gaucho, un personaje surgido en los arrabales de la Colonia del siglo XVIII, que vagaba por las cuchillas despreocupado por conseguir alimento: siempre había algún vacuno disponible a distancia de un tiro de boleadoras. Innumerables descripciones de diarios de viajes vinculan a los gauchos y asados. Juntos recorrieron el largo camino de la historia que los convirtió en emblemas de la identidad nacional.

Está claro que el asasdo de tira es un producto moderno, ya que demanda aserrar el costillar, tarea que facilitó la sierra eléctrica. Los puntos de cocción, "el jugoso", "a punto" o "pasado" eran cosas que no interesaban a los paladares de los antiguos paisanos.
Pero así como los gauchos nunca llegaron a probar el ojo de bife de los actuales Hereford, los asadores modernos no han probados jamás los manjares típicos de la gastronomía gauchesca.
Al día de hoy, el asado es una comida de carácter festivo. El asado es ante todo, un ritual. Se prepara para reunir a la familia o a un grupo de amigos.
El arte de preparar el asado sólo se aprende en forma empírica. El saber parrillero tradicionalmente se ha trasmitido de hombre a hombre a lo largo de generaciones.

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Blog dedicado a la explorar en los orígenes de la gastronomía rioplatense, en especial, de la uruguaya.

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